CAPITULO 2 EL TERREMOTO DE CUCUTA
CUANDO LA TRAGEDIA SE CONVIERTE
EN OPORTUNIDAD
Una tragedia se convierte en
oportunidad solo cuando las personas tienen “la Magia”, el carácter para
convertir la adversidad en oro y Cúcuta era una ciudad de alquimistas, de la
oportunidad y del desarrollo.
El terremoto devastó a la ciudad
de una manera incalculable, 7.3 en la escala de Richter en una población del
siglo XIX en donde sus estructuras eran de adobe y caña brava, tapia pisada y
barro con estiércol en sus muros, definitivamente era la crónica de una muerte
anunciada.
LAS PLACAS TECTONICAS EN LA
CUENCA MARABINA Y LOS TERREMOTOS
Hagamos un repaso de porqué Cúcuta
está en una zona altamente sísmica. Cúcuta se encuentra ubicada en todo el
punto focal de la Falla de Boconó, que une dos de las más activas palcas
tectónicas del planeta, la Placa del Caribe y la Placa del Sur.
La
placa del Caribe, La Placa de Nasca y la placa del sur son capas superficiales rígidas
de la tierra que se desplazan sobre la astenosfera acomodándose entre sí,
acumulando tal cantidad de energía que se quiebran, produciendo terremotos; ese
quiebre, que es el surco que las divide, tiene un alto movimiento sísmico y el
territorio que la cubre esta potencialmente expuesto a terremotos.
En nuestro caso, mientras que la
placa de Nasca presiona a la Placa del Caribe y Sur, la placa del Caribe que se
desplaza en sentido occidente – oriente, se enfrenta con la placa del Sur que
va en sentido contrario y de sur a norte, lo que genera una presión enorme en
todo el surco que las divide y que pasa exactamente por todo el borde inferior
de la cordillera oriental que desde Colombia entra a Venezuela, conocido como
LA FALLA DE BOCONO, que tiene sus mayores focos de presión en Cúcuta (más
exactamente al final de la recta Corozal a la altura de Peñas Blancas) y se
extiende por Cúcuta, Rubio, Mérida, Barquisimeto, hasta la costa oriental de
Venezuela.
Si un Cucuteño viaja desde su
ciudad a Chinácota, Pamplona o al interior del país, pasara por la Recta
Corozal y a margen derecha, por toda la vía hacia Peñas Blancas, podrá observar
como la litosfera se alza en enormes planchones de roca sólida, siendo uno de
los pocos sitios a cielo abierto donde se puede apreciar la superposición de
placas tectónicas del Surco o Falla de Boconó.
CUCUTA Y EL TERREMOTO
Era una ciudad construida con los
diseños ingenieriles de la época, que no tenían en cuenta el tema sísmico, en
donde sus construcciones mantenían la forma tradicional de la construcción de
la zona, rica en arcilla a cielo abierto, las varas de caña brava proliferantes
en el río Pamplonita y el adobe, que consistía en una masa de barro y arena que
algunas veces se mezclaba con paja y estiércol de ganado de la que hacían
piezas en forma de ladrillo secados al Sol para construir sus viviendas.
Las casas de los comerciantes e
inmigrantes eran de tapia pisada y algunas de ellas de dos plantas con balcones
hacia la calle, algo extraordinario para la época.
La población para la época era de
unas 21 mil personas, una gran ciudad, polo de desarrollo económico de los
pueblos de Norte de Santander y del Táchira, distribuida en 11 calles que
tenían su nombre propio como la calle del Amor, de la Novia, la Libertad, entre
muchas otras.
A las 11:30 de la mañana del 18
de Mayo de 1875 tembló la tierra como nunca había pasado y en menos de un
minuto, 6 colegios, más de 170 establecimiento de comercio, más de 70 fábricas
y las casas de ricos y pobres de esta ciudad, cayeron dejando una gran estela
de humo y polvo y una desolación terrible
junto con la muerte de cientos de personas en la ciudad y de miles a lo largo
de Norte de Santander y el Tachira.
La imagen del reloj de la
catedral marca las 11:30 de la mañana junto a los escombros, de todas las
edificaciones del centro de la ciudad, incluida la plaza de mercado que estaba
siendo terminada por el joven Arquitecto merideño Francisco de Paula Andrade.
SE INICIA LA MAGIA DE CUCUTA
No había parado el temblor cuando
ya la solidaridad iniciaba a brotar del interior de los cucuteños; los sobrevivientes
llegaban a los escombros a desenterrar vivos y muertos, a buscar amigos y
familiares, a salvar lo que se podía, es grato leer a Luis Febres Cordero,
historiador cucuteño que relata hazañas de nuestra historia y que dan buena fe
de la magia del cucuteño.
Quiero rescatar una anécdota del
terremoto de Cúcuta contada por Don Gastón Bermúdez Vargas sobre la Historia
heroica de Rafael Salas Burgos, un joven cucuteño trabajador que antepuso su
vida por la familia de sus patrones: “Para referir uno de
estos actos fue el de Rafael Salas joven dependiente del señor Don José María
Catalán, quedó sepultado en las ruinas de la botica en que servía, expuesto al
incendio que había comenzado en diversos punto de las ruinas; y cuando fue
localizado por su padre y hermanos que fueron a sacarlos de aquella horrible
situación les dijo: "Saquen primero a la familia del señor Catalán".
Los Días subsiguientes, la magia
cucuteña se apoderó de los sobrevivientes del terremoto, que no escatimaron en
unir fuerzas, crear cuadrillas de apoyo y desde el mismo 18 de Mayo, iniciar la
reconstrucción de la ciudad que dadas las circunstancias, renacería en tiempo
record.
Con el Hospital San Juan de Dios
Destruido, se improvisaron carpas para atender a los heridos y se crearon comisiones
para enterrar a los muertos, remover escombros, recuperar tomas de agua,
recopilar alimentos y todas las tareas necesarias para volver a levantarse y
seguir adelante.
Las noticias de nuestro terremoto llegaron a todos los
confines del mundo, el siguiente es un recorte de periódico del diario Southland
Times de Nueva Zelanda que en 1875, que publicó la noticia del sismo:
Así mismo la Reina Victoria de
Inglaterra, una vez conoció del sismo, se conmovió al conocer que un colegio de
niñas cayó sobre ellas sin dejar sobrevivientes y enterada de la destrucción
del Hospital San Juan de Dios, donó 1000 libras para la reconstrucción de este,
que, una vez reconstruido, prestó sus servicios hasta finales del siglo XX,
hasta que fue reemplazado por el Erasmo Meoz.
La Magia de la Reconstrucción.
El Ing. Francisco de Paula
Andrade, Merideño de nacimiento pero cucuteño por adopción y periodista por
pasión, gran líder cívico de nuestra ciudad y reconocido por nuestra historia
como el que diseño los planos de Cúcuta después del terremoto, fue un hombre
culto y profesional de la ingeniería civil, graduado en Mérida, previo sus
estudios en la ciudad de Pamplona Norte de Santander, fue un destacado
ciudadano al que se le deben muchas obras ingenieriles antes y después del
terremoto.
Un mes después del terremoto, se
reunió don Francisco de Paula Andrade con los comerciantes de la ciudad para
iniciar la planeación de la reconstrucción, proponiendo un proyecto de
distribución de planos para la organización de lo que sería el nuevo trazado de
las calles de Cúcuta, un trazado perfecto, una cuadricula ordenada en
condiciones similares a las usadas en los planos de la construcción de Manhattan
en NY y que preveían calles amplias para que pasara el Ferrocarril, idea que se
venía gestando desde hacía algunos años por los comerciantes cucuteños. En
Enero de 1876 el Concejo de Cúcuta aprueba los planos que ya la ciudadanía venía
desarrollando a la velocidad de una clase pujante que no tardó mucho en tener
nuevamente construida nuestra ciudad para finales de 1877 ya se tenía gran
parte del centro de la ciudad construía y para 1880 Cúcuta era una nueva ciudad
cosmopolita, nuevamente epicentro de los desarrollos tecnológicos de la época y
de la cultura del momento.
El Terremoto puso a prueba la
capacidad de resiliencia de este pueblo, de su capacidad de levantarse después
de caer, de la solidaridad, de la re ingeniería de su gente y de convertir una
tragedia en oportunidad, de todo lo que representa la Magia de Cúcuta.
El terremoto abrió las montañas
de la finca La Alquitrana en el municipio de Rubio y broto el petróleo de la
tierra y trajo la era de la industrialización a la cuenca marabina, Cúcuta por
primera vez dejaría de usar el aceite de ballena o el de Ricino para prender
sus lámparas, pues llego el Kerosene por primera vez a américa gracias a la
Empresa Petrolera creada en Rubio por al hallazgo de este hidrocarburo en la
finca de los Pulido Pulido, llamada La Alquitrana y empezaría una nueva
historia en la transición de la economía agrícola de la frontera
colombo-venezolana, donde el Café y el Cacao eran los mayores productos de la
economía regional, para convertir a nuestra región a principios del siglo XX en
la primera región petrolera de América Latina con la creación de la primera
empresa petrolera, LA PETROLEA, creada por don Manuel Antonio Pulido, José
Antonio Baldó, Ramón María Maldonado, Carlos González Bona, José Gregorio Villafañe
y Pedro Rafael Rincones.
Este no fue el primero, ni sería
el último momento trágico, que formaría el temple cucuteño, que se seguiría
probando a través de la historia de nuestra región y que dan fe de la magia del
cucuteño.
CONTINUA EL CAPITULO 3 EN LA SIGUIENTE ENTRADA
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