martes, 27 de febrero de 2018

LA MAGIA DE CUCUTA EN EL SIGLO XIX - Capìtulo 2

CAPITULO 2 EL TERREMOTO DE CUCUTA



CUANDO LA TRAGEDIA SE CONVIERTE EN OPORTUNIDAD

Una tragedia se convierte en oportunidad solo cuando las personas tienen “la Magia”, el carácter para convertir la adversidad en oro y Cúcuta era una ciudad de alquimistas, de la oportunidad y del desarrollo.

El terremoto devastó a la ciudad de una manera incalculable, 7.3 en la escala de Richter en una población del siglo XIX en donde sus estructuras eran de adobe y caña brava, tapia pisada y barro con estiércol en sus muros, definitivamente era la crónica de una muerte anunciada.

LAS PLACAS TECTONICAS EN LA CUENCA MARABINA Y LOS TERREMOTOS


Hagamos un repaso de porqué Cúcuta está en una zona altamente sísmica. Cúcuta se encuentra ubicada en todo el punto focal de la Falla de Boconó, que une dos de las más activas palcas tectónicas del planeta, la Placa del Caribe y la Placa del Sur.



La placa del Caribe, La Placa de Nasca y la placa del sur son capas superficiales rígidas de la tierra que se desplazan sobre la astenosfera acomodándose entre sí, acumulando tal cantidad de energía que se quiebran, produciendo terremotos; ese quiebre, que es el surco que las divide, tiene un alto movimiento sísmico y el territorio que la cubre esta potencialmente expuesto a terremotos.



En nuestro caso, mientras que la placa de Nasca presiona a la Placa del Caribe y Sur, la placa del Caribe que se desplaza en sentido occidente – oriente, se enfrenta con la placa del Sur que va en sentido contrario y de sur a norte, lo que genera una presión enorme en todo el surco que las divide y que pasa exactamente por todo el borde inferior de la cordillera oriental que desde Colombia entra a Venezuela, conocido como LA FALLA DE BOCONO, que tiene sus mayores focos de presión en Cúcuta (más exactamente al final de la recta Corozal a la altura de Peñas Blancas) y se extiende por Cúcuta, Rubio, Mérida, Barquisimeto, hasta la costa oriental de Venezuela. 




Si un Cucuteño viaja desde su ciudad a Chinácota, Pamplona o al interior del país, pasara por la Recta Corozal y a margen derecha, por toda la vía hacia Peñas Blancas, podrá observar como la litosfera se alza en enormes planchones de roca sólida, siendo uno de los pocos sitios a cielo abierto donde se puede apreciar la superposición de placas tectónicas del Surco o Falla de Boconó.


CUCUTA Y EL TERREMOTO


Era una ciudad construida con los diseños ingenieriles de la época, que no tenían en cuenta el tema sísmico, en donde sus construcciones mantenían la forma tradicional de la construcción de la zona, rica en arcilla a cielo abierto, las varas de caña brava proliferantes en el río Pamplonita y el adobe, que consistía en una masa de barro y arena que algunas veces se mezclaba con paja y estiércol de ganado de la que hacían piezas en forma de ladrillo secados al Sol para construir sus viviendas.



Las casas de los comerciantes e inmigrantes eran de tapia pisada y algunas de ellas de dos plantas con balcones hacia la calle, algo extraordinario para la época.


La población para la época era de unas 21 mil personas, una gran ciudad, polo de desarrollo económico de los pueblos de Norte de Santander y del Táchira, distribuida en 11 calles que tenían su nombre propio como la calle del Amor, de la Novia, la Libertad, entre muchas otras.




A las 11:30 de la mañana del 18 de Mayo de 1875 tembló la tierra como nunca había pasado y en menos de un minuto, 6 colegios, más de 170 establecimiento de comercio, más de 70 fábricas y las casas de ricos y pobres de esta ciudad, cayeron dejando una gran estela de humo y polvo  y una desolación terrible junto con la muerte de cientos de personas en la ciudad y de miles a lo largo de Norte de Santander y el Tachira.


La imagen del reloj de la catedral marca las 11:30 de la mañana junto a los escombros, de todas las edificaciones del centro de la ciudad, incluida la plaza de mercado que estaba siendo terminada por el joven Arquitecto merideño Francisco de Paula Andrade.


SE INICIA LA MAGIA DE CUCUTA

No había parado el temblor cuando ya la solidaridad iniciaba a brotar del interior de los cucuteños; los sobrevivientes llegaban a los escombros a desenterrar vivos y muertos, a buscar amigos y familiares, a salvar lo que se podía, es grato leer a Luis Febres Cordero, historiador cucuteño que relata hazañas de nuestra historia y que dan buena fe de la magia del cucuteño.

Quiero rescatar una anécdota del terremoto de Cúcuta contada por Don Gastón Bermúdez Vargas sobre la Historia heroica de Rafael Salas Burgos, un joven cucuteño trabajador que antepuso su vida por la familia de sus patrones: “Para referir uno de estos actos fue el de Rafael Salas joven dependiente del señor Don José María Catalán, quedó sepultado en las ruinas de la botica en que servía, expuesto al incendio que había comenzado en diversos punto de las ruinas; y cuando fue localizado por su padre y hermanos que fueron a sacarlos de aquella horrible situación les dijo: "Saquen primero a la familia del señor Catalán".

Los Días subsiguientes, la magia cucuteña se apoderó de los sobrevivientes del terremoto, que no escatimaron en unir fuerzas, crear cuadrillas de apoyo y desde el mismo 18 de Mayo, iniciar la reconstrucción de la ciudad que dadas las circunstancias, renacería en tiempo record.

Con el Hospital San Juan de Dios Destruido, se improvisaron carpas para atender a los heridos y se crearon comisiones para enterrar a los muertos, remover escombros, recuperar tomas de agua, recopilar alimentos y todas las tareas necesarias para volver a levantarse y seguir adelante.

Las noticias de nuestro terremoto llegaron a todos los confines del mundo, el siguiente es un recorte de periódico del diario Southland Times de Nueva Zelanda que en 1875, que publicó la noticia del sismo:



Así mismo la Reina Victoria de Inglaterra, una vez conoció del sismo, se conmovió al conocer que un colegio de niñas cayó sobre ellas sin dejar sobrevivientes y enterada de la destrucción del Hospital San Juan de Dios, donó 1000 libras para la reconstrucción de este, que, una vez reconstruido, prestó sus servicios hasta finales del siglo XX, hasta que fue reemplazado por el Erasmo Meoz.

La Magia de la Reconstrucción.

El Ing. Francisco de Paula Andrade, Merideño de nacimiento pero cucuteño por adopción y periodista por pasión, gran líder cívico de nuestra ciudad y reconocido por nuestra historia como el que diseño los planos de Cúcuta después del terremoto, fue un hombre culto y profesional de la ingeniería civil, graduado en Mérida, previo sus estudios en la ciudad de Pamplona Norte de Santander, fue un destacado ciudadano al que se le deben muchas obras ingenieriles antes y después del terremoto.

Un mes después del terremoto, se reunió don Francisco de Paula Andrade con los comerciantes de la ciudad para iniciar la planeación de la reconstrucción, proponiendo un proyecto de distribución de planos para la organización de lo que sería el nuevo trazado de las calles de Cúcuta, un trazado perfecto, una cuadricula ordenada en condiciones similares a las usadas en los planos de la construcción de Manhattan en NY y que preveían calles amplias para que pasara el Ferrocarril, idea que se venía gestando desde hacía algunos años por los comerciantes cucuteños. En Enero de 1876 el Concejo de Cúcuta aprueba los planos que ya la ciudadanía venía desarrollando a la velocidad de una clase pujante que no tardó mucho en tener nuevamente construida nuestra ciudad para finales de 1877 ya se tenía gran parte del centro de la ciudad construía y para 1880 Cúcuta era una nueva ciudad cosmopolita, nuevamente epicentro de los desarrollos tecnológicos de la época y de la cultura del momento.

El Terremoto puso a prueba la capacidad de resiliencia de este pueblo, de su capacidad de levantarse después de caer, de la solidaridad, de la re ingeniería de su gente y de convertir una tragedia en oportunidad, de todo lo que representa la Magia de Cúcuta.

El terremoto abrió las montañas de la finca La Alquitrana en el municipio de Rubio y broto el petróleo de la tierra y trajo la era de la industrialización a la cuenca marabina, Cúcuta por primera vez dejaría de usar el aceite de ballena o el de Ricino para prender sus lámparas, pues llego el Kerosene por primera vez a américa gracias a la Empresa Petrolera creada en Rubio por al hallazgo de este hidrocarburo en la finca de los Pulido Pulido, llamada La Alquitrana y empezaría una nueva historia en la transición de la economía agrícola de la frontera colombo-venezolana, donde el Café y el Cacao eran los mayores productos de la economía regional, para convertir a nuestra región a principios del siglo XX en la primera región petrolera de América Latina con la creación de la primera empresa petrolera, LA PETROLEA, creada por don Manuel Antonio Pulido, José Antonio Baldó, Ramón María Maldonado, Carlos González Bona, José Gregorio Villafañe y Pedro Rafael Rincones.

Este no fue el primero, ni sería el último momento trágico, que formaría el temple cucuteño, que se seguiría probando a través de la historia de nuestra región y que dan fe de la magia del cucuteño.

CONTINUA EL CAPITULO 3 EN LA SIGUIENTE ENTRADA


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