martes, 27 de febrero de 2018

LA MAGIA DE CUCUTA EN EL SIGLO XIX - Capìtulo 4

CAPITULO 4 EL SITIO DE CUCUTA, EL CULMEN DE LA GUERRA DE LOS MIL DIAS

Trinchera de la Av. 7a con Calle 8a, antes del ataque del Ejercito Gobiernista.



Muchos historiadores Colombianos han relegado “El Sitio de Cúcuta” como un acontecimiento sin relevancia para ese cruel capítulo de la historia colombiana, sin embargo, la posición tanto económica, geográfica como política de la cuenca marabina en ese momento histórico era tan relevante, que el Sitio de nuestra ciudad fronteriza era la pieza clave, no solo para los dos bandos de esta contienda colombiana, sino para el pulso político entre una “Colombia Conservadora y una Venezuela Liberal a ultranza” a finales del siglo XIX e inicios del siglo XX.


Click Aquí para ver el Capítulo 1, Recomendado

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Hagamos un breve repaso

LA CUENCA MARABINA, AMENAZA REGIONAL PARA BOGOTA Y CARACAS

Por el lado de Venezuela, desde que Antonio Guzmán Blanco pretendió el poder en ese país, primero gracias a la GUERRA FEDERAL (lucha de los liberales contra el gobierno conservador de la época) que él había liderado y después, desde 1870 cuando fue Presidente de Venezuela por primera vez (tuvo 3 periodos presidenciales 1870-1877, 1879-1884, y 1886-1888) y hasta que llega CIPRIANO CASTRO AL PODER en 1899, Guzmán Blanco fue uno de los autócratas más poderosos e ilustrados de américa en el siglo XIX, gran líder de la Corriente política denominada LIBERALISMO AMARILLO, que derroco el poder conservador en Venezuela desde su independencia y que concentro el poder en su nombre para gobernar desde caracas.

Guzmán Blanco, veía como día tras día, Maracaibo, San Cristóbal y Cúcuta, el denominado Triángulo de oro, iba tomando vuelo económico y una fuerza regional incontenible que amenazaba con convertirse en una región independiente y dada la tendencia separatista que pululaba en el ambiente, decidió, de manera muy inteligente y paciente, debilitar el poder económico marabino; sabía que no podía enfrentar de manera directa la “fuerza liberal andina” pero intentó cambiar el flujo económico de los Andes venezolanos debilitando el puerto de Maracaibo, creando una nueva vía San Cristobal – la fría, para fortalecer A Puerto Cabello como principal puerto marítimo y económico en Venezuela y el cierre de la frontera en el rio que llevaba toda la producción Agricola desde Cúcuta a Encontrados y de allí a Maracaibo. La amenaza Marabina se aumenta para Guzmán Blanco cuando en 1875, no solo el poderío económico del café y el cacao le dan fortaleza económica a la Cuenca, sino que el terremoto de Cúcuta deja al descubierto en los Andes Tachirenses Venezolanos el primer poso de petróleo de américa y se encuentra con que desde Cúcuta se inicia lo que se llamaría la REVOLUCIÓN LIBERAL RESTAURADORA, donde los Liberales Andinos Venezolanos apoyados por los liberales Cucuteños (Colombianos), llevaran a Cipriano Castro al Poder, es decir, los Liberales de la cuenca Marabina contra los Liberales Amarillos de Guzmán Blanco.    

Y si en Venezuela llovía, por Colombia no escampaba.

No tratare de explicar aquí al detalle por qué se dio la guerra de los mil días y cuáles fueron los sucesos políticos que la desataron, pero si hare un breve marco para que se puede entender por qué Cúcuta, desde el poder central, debía ser anulada para los fines del gobierno en esta cruenta guerra.
Desde que se inicia la Hegemonía conservadora en Colombia (1886 – 1930) en 1886 con su primer presidente José María Campo Serrano, se instaura una constitución centralistas y conservadora con una altísima influencia de la iglesia católica en el poder político colombiano y que además era de marcada línea conservadora.


Caricatura de Ricardo Rendona principios del Siglo XX.

El poderío de la cuenca marabina y de Cúcuta como la mayor exportadora de café convertían a esta región en una potencia económica, que por su alta influencia europea, era de corte liberal, en frontera con un país (Venezuela) de marcadísimo poder liberal y que además ejercía alta influencia en los Liberales Radicales colombianos que hacían oposición al Partido Nacionalista de la “REGENERACIÓN” liderado por Miguel Antonio Caro, quien creía en el poder central y que por la situación política y económica de la cuenca marabina, Cúcuta no encajaba en dicho modelo político colombiano.

Caro, también intento debilitar el poder económico de la cuenca intentando hacer la ruta Cúcuta- Medio Magdalena, el cable de Ocaña Aguachica, entre otras varias tentativas de desviar el flujo económico del lago de Maracaibo hacia el Magdalena.

En Cúcuta, la altísima influencia Alemana ya había encendido las alarmas en el poder central del Clero colombiano ( y este, presionando al gobierno conservador) ya que estaba claro que los Alemanes  eran considerados Masones de tendencia Protestante Calvinista, a tal punto que en Cúcuta, ellos debían tener un cementerio exclusivo por no ser aceptados por la iglesia en el cementerio central de la ciudad; esto, además de la alta influencia europea en los derechos igualitarios del hombre tan mencionados en el siglo XIX y de alta circulación en la nueva sociedad cucuteña, hacían de Cúcuta, la ciudad Liberal por excelencia, situada no solo en el centro de dos naciones en disputas políticas antagónicas, sino en el centro del huracán económico y el auge de desarrollo Marabino de finales del siglo XIX.

En los últimos 50 años del siglo XIX, Cúcuta estuvo en medio del “SANDWICH” político, entre la Hegemonía Conservadora Colombiana y el Liberalismo Amarillo de hegemonía “Guzmancipadora” venezolana, que hacían de la Frontera colombo – venezolana el caldo de cultivo de las sañas centralistas.

De tal forma que el Sitio de Cúcuta no se hacía esperar y era necesario poner fin a este poderoso foco con tentativas beligerantes y de intensión separatista que se cocinaba en Cúcuta para toda la región Marabina y el inicio de la guerra era la mejor oportunidad para tal propósito.

LA GUERRA DE LOS MIL DIAS

Desde 1886 el estado de Santander pasaba a ser el nuevo Departamento de Santander al que pertenecían las provincias de Ocaña, Pamplona y Cúcuta, y allí inicio la guerra.

El 18 de Octubre de 1899, El presidente Manuel Antonio Sanclemente declaró “Turbado el Orden Público” y envió al ejército nacional a Santander (Bucaramanga) para contener el foco de insurrección que desde Cúcuta se venía gestando en cabeza de su más acérrimo crítico, Rafael Uribe Uribe, que desde su curul como congresista, atacaba las políticas centralistas del Gobierno Conservador, como el único vocero del Partido Liberal en este congreso de totalidad conservadora. Uribe Uribe se reunía en Cúcuta con varios líderes liberales del país y de Venezuela, entre ellos Benjamin Herrera y el mismo venezolano Cipriano Castro, el Hacendado y futuro dictador Venezolano Juan Vicente Gómez, entre otros, en donde planeaban no solo el levantamiento liberal colombiano contra el poder Conservador, sino la Campaña Restauradora Liberal del Exiliado Castro, hacia Venezuela, campaña que daría sus frutos para Castro gracias a los ejércitos liberales colombianos.   

En Cúcuta se cocinó la mayor parte del levantamiento a los gobiernos centrales de Colombia y Venezuela; Los Alemanes mediaron en apoyo a estos temas no solo ideológicamente, sino estratégica y económicamente; ellos habían invertido mucho dinero no solo en el ferrocarril de Cúcuta y en el préstamo de dinero a pequeños campesinos para el cultivo de las parcelas cafeteras, sino que habían adquirido grandes cantidades de dinero en créditos internacionales para tales propósitos y para su recuperación era necesario el libre tránsito fronterizo y el libre comercio binacional, que siempre había imperado en la zona y que últimamente se veía amenazado por los intereses centralistas de ambos países y por la caída de los precios del café en el mundo. Por eso era tan necesario que la revolución Liberal restauradora de Cipriano Castro en Venezuela fuera un éxito, como el de terminar con la Campaña Regeneradora conservadora colombiana, tarea encomendada a Uribe Uribe.

LA BATALLA DE PERALONSO

El General Ramón González valencia, Conservador Nortesantandereano,  sería el encargado de liderar los ejércitos gobiernistas para contrarrestar los ejércitos Liberales dirigidos por Rafael Uribe Uribe y Benjamín Herrera.


En la Gráfica, sentado se encuentra el General Ramón González Valencia

La matanza fue horrible, pues en menos de una semana murieron a orillas del rio, más de 2200 personas (700 conservadores y 1500 liberales), sin embargo, fueron los liberales los que se llevaron la victoria ese 18 de diciembre de 1889.

El segundo encuentro lo escogieron los revolucionarios liberales en cercanías a Bucaramanga, la que se llamó la Batalla de Palo Negro, el 10 de mayo de 1900.

Parecía una pelea de “Tigre con Burro amarrado”, ya que eran 18.000 conservadores bien armados contra 7.000 revolucionarios que no pudieron contener la fuerte envestida conservadora y el General Vargas Santos, Desistiendo de la batalla, dirigió el diezmado ejercito liberal hacia Ocaña.

EL SITIO DE CUCUTA 12 de Junio de 1900

Cipriano Castro ya era el nuevo Presidente de Venezuela, había llegado al poder gracias a los ejércitos liberales colombianos en 1899 y había nombrado al General Colombiano Benjamín Ruiz como Presidente del Estado del Zulia (Maracaibo), en agradecimiento a los Liberales Colombianos que le ayudaron a obtener el poder en Venezuela. Una Vez Castro se enteró de la Derrota del General Vargas Santos y sus revolucionarios en la Batalla de Palo Negro, Decidió enviar al Médico General Benjamín Ruiz, con tropas y armamento a la ciudad de Cúcuta para protegerla de la llegada del ejercito gobiernista; el Orden de la Frontera debería seguir siendo liberal y desde allí, el poder liberal hacia el resto del país. Cipriano Castro no abandonaría a los comerciantes alemanes cucuteños, ni mucho menos a Rafael Uribe Uribe  y su ejército revolucionario en la campaña de llegar al poder central colombiano.

José Manuel Marroquín lo tenía claro, debía acabar el foco de insurrección desde Cúcuta y para eso, debería de apoderarse de esta ciudad para cortar el cordón umbilical que su homólogo venezolano había creado con la insurgencia liberal colombiana. Decidió entonces enviar a un NORTESANTANDEREANO (o mejor, un Santandereano para esa época) nacido en las tierras del triángulo de oro marabino, el General Ramón González Valencia.

El General Benjamín Ruiz, opto por resistir los embates del gobierno, sitiando la ciudad, creando trincheras en las esquinas de las calles rodeando el centro de Cúcuta y concentrando a toda la ciudadanía dentro de ella. Las familias conservadoras de la ciudad fueron retenidas en varias de las casas de la ciudad, pero fueron tratadas amablemente pese a las circunstancias y a las familias liberales se les permitía un salvoconducto para dirigirse a las poblaciones fronterizas de Venezuela o el transito dentro de la ciudad pero con el cuidado de tener a los ataques gobiernistas desde la Piedra del Galembo y desde los diferentes puntos de ubicación de los ejércitos conservadores.


Plano extraído del libro “EL SITIO DE CUCUTA” de Guillermo Ramón García - Herreros

La trinchera de la Calle 12 con avenida 3ª en el Hoy Parque Colon, fue tal vez la más sangrienta de las 15 ubicadas en las esquinas de Cúcuta. El intento de los Gobiernistas por querer entrar y el de los Liberales por no permitirlo, desato una mortandad en ese parque, que al cabo del sitio, el tifo, la Disentería, la viruela y otras enfermedades devastaron en los cucuteños. Esto solo se podía comparar con la peste de Fiebre Amarilla que azotó a Cúcuta a finales del siglo XIX.


La torre de la Iglesia San José resistió el embate de las granadas lanzadas desde la piedra del Galembo y fue el lugar estratégico de los liberales ya que, al tener Cúcuta las primeras líneas telefónicas del país, se instaló un teléfono en la torre y desde allí se monitoreaban los avances de las tropas gubernamentales de día y se atacaba desde el campanario con francotiradores que hacían difícil la labor de asedio por parte de los gobiernistas a las trincheras de la ciudad sitiada.  

el siguiente grupo de fotos es extraido del libro “EL SITIO DE CUCUTA” de la serie "Cuadernos de Cultura" del Instituto de Cultura y Bellas Artes de Cúcuta 1974, de Guillermo Ramón García - Herreros
















LA MAGIA DE CUCUTA EN EL SIGLO XIX - Capìtulo 3

CAPITULO 3 EL FERROCARRIL DE CUCUTA

Ferrocarril de Cúcuta
Foto Cortesia del libro "Cúcuta a través de la Fotografia" de la Cámara de Comercio de Cúcuta





Nuestros antepasados Cucuteños tenían Magia, y esa Magia se volcaba en todo lo que hacían, lo que pensaban y como trabajaban en una de las regiones más dinámicas y prosperas del siglo XIX en toda américa, la cuenca marabina.

La cultura inmigrante dotó de mucha energía y emprendimiento a nuestra ciudad y a todo el territorio circundante y transformo esta región en un pensamiento liberal, distinto al de los gobiernos centrales de Colombia y Venezuela que habían logrado desprenderse de la monarquía española a principios de Siglo (XIX), pero que sus prácticas centralistas y conservadoras no jugaban a la misma velocidad con la que se vivía en este rico eje marabino.

El Ferrocarril seria uno de los iconos de nuestra fortaleza social que demostraría lo que sería la magia de ser cucuteños y lo que nos hizo grandes como región.

El Tren

Aunque inicio a rodar en 1888, desde el terremoto de Cúcuta, Francisco de Paula Andrade, por sugerencia de los comerciantes Alemanes, ya había tomado las previsiones necesarias para crear calles que dieran paso a lo que estaba revolucionando la economía de los EEUU, LA LOCOMOTORA. Desde 1884 se iniciaron los primeros trabajos para iniciar con el desarrollo de las vías férreas que comunicarían a Cúcuta con Maracaibo en el puerto de Encontrados.


Desde el invento de la maquina a Vapor por James Watt a finales del siglo XVIII,  el desarrollo de la industria del Acero en Norteamérica y la creación de la primera locomotora a vapor sobre rieles en 1804 por Richard Trevithick, Colombia y sobre todo Cúcuta, tenían que estar atentos a su desarrollo económico y el tren sería un gran aliado en esa tarea. Las primeras líneas férreas que se iniciaron en Colombia fueron las del ferrocarril de Panamá en 1855 que sirvieron para unir el océano atlántico con el pacifico hechas por Norteamericanos y que no representaron ningún desarrollo para nuestro país.


Algunos años después, un grupo de empresarios alemanes radicados en Cúcuta, vieron la necesidad de poder aumentar sus exportaciones de Café a Europa y entendían que la gran limitante era poder llevar a lomo de mula, desde las montañas nortesantandereanas y tachirenses hasta el lago de Maracaibo, mucho más de los 4 millones de kilos que para 1875 se estaban exportando, pero que  miles de mulas eran insuficientes para atender la demanda que desde el puerto de Hamburgo en Alemania se venía incrementando y que hacía necesario tomar medidas drásticas en la logística de transporte del grano. Así elevaron una escritura pública en la que crearon una sociedad anónima llamada Ferrocarril de Cúcuta.

Con Capital privado de los comerciantes Alemanes y de algunos cucuteños, se logró crear el ferrocarril, si no fue el primer ferrocarril construido en suelo colombiano, después del fallido ferrocarril panameño, se realizó en tiempo record ya que transportaría tanto el Café, el Cacao y a los habitantes de Cúcuta y ciudades aledañas al puerto de encontrados en el rio Catatumbo para llegar al lago de Maracaibo.

RECORD EN LOS COSTOS DE CONSTRUCCION DEL FERROCARRIL DE CUCUTA

Cuando la empresa privada decide hacer las cosas por su cuenta, es más eficiente que el sector público, al menos eso fue lo que paso con el ferrocarril de Cúcuta; cuando se lee la historia de los ferrocarriles del Cauca, de Antioquia, Puerto Wilches, de Santa Marta, del Sur y especialmente el de Girardot se puede constatar las enormes dificultades que tiene el estado por la incapacidad de sus dirigentes, para ser eficientes en la construcción de obras públicas  para el desarrollo del país, como en el caso de los ferrocarriles en Colombia, donde los contratos fueron demasiado onerosos, fallas en aspectos técnicos, tardanzas inexplicables, corrupción, etc,. Pusieron en relevancia la gran efectividad, calidad, velocidad y costos del ferrocarril de Cúcuta como el más eficiente y económicamente terminado del país y que sirvió de ejemplo para la terminación de algunas obras férreas como la de la segunda parte del ferrocarril de Antioquia y el de la Sabana. Mientras en Cúcuta, en la época, el costo de un kilómetro de vía férrea era de $21.000, el costo por kilómetro en EEUU era de $33.000, el de Bogotá – Zipaquirá era de $106.000, el del Pacífico $108.000, el de Girardot $161.000, y la mayor exageración con el de Puerto Wilches con $206.000.

La Azaña del Tren de Cúcuta no tiene ningún precedente en la historia del país en lo referente a que el sector privado se llevara la mano al bolsillo para hacer grandes obras; si extrapoláramos ese hito histórico de la Locomotora a nuestro tiempo presente, sería como imaginar que el Sector privado se reuniera Hoy para construir EL METRO DE CUCUTA, por encima del de Bogotà u otras ciudades principales del país, toda una locura; pero eran las locuras que soñaban y creaban los cucuteños de antaño;  todo en Cúcuta era así, los comerciantes lograban las obras importantes de la ciudad, por ejemplo el Mercado cubierto, una gran estructura hecha por una sociedad anónima dirigida por Don Foción Soto construido por francisco de Paula Andrade antes del terremoto al lado de la plaza principal de la ciudad, ya que los habitantes de Cúcuta hacían su mercado al aire libre en esta plaza y el comercio cucuteño decidió crear la construcción para tales fines, entre otros.

Nuestro Ferrocarril se construyó con la Magia de Cúcuta y la de toda una ciudad aportando al desarrollo.

EL TRANVIA

La fiesta en la que se sumió la ciudad era digna de un carnaval, dada la importancia de tener Tren, movido por el mejor de los inventos de la época de la industrialización, la caldera a vapor. Ahora la llevaban los trenes que arrastraban los carros de carga y los vagones de pasajeros que hacían que Cúcuta cada vez estuviera más cerca de las Antillas holandesas y el mundo en general. Pero el tranvía le daba el toque de modernidad único de ciudades europeas, atravesando las principales calles de la ciudad transportando a los habitantes y permitiendo que la mercancía saliera directamente de la puerta del comerciante al tranvía – tren- barco a vapor y al mundo. En ese momento la Magia de Cúcuta era inigualable.

"Tiene tren, Santa Marta tiene Tren, Santa Marta tiene tren pero no tiene tranvía" Canción SANTA MARTA TIENE TREN, famosa desde 1946 en la voz de Pedro Collazo, de la Orquesta del Caribe de  Lucho Bermúdez. se inspiro en las periplecias que vivio Don Joaquim de Mier para poder sacar a puerto de Santa Marta su caña de Azucar y los Bananos producidos en su finca a mediados del siglo XIX, por falta de tranvia.

Aunque don Joaquim de Mier y Benitez se refería con Tranvía al "Train - Vía" la vía del Tren, nos dimos a la tarea de averiguar que ciudades colombianas o venezolanas tuvieron Tranvía en el siglo XIX y fue muy difícil encontrar referencias históricas a ese hecho lo que por ahora nos indica que Cúcuta, al igual que las mejores ciudades de Europa, fue la primera ciudad en tener Tranvia. Cúcuta y su Magia.


Cucuta, al final del Siglo XIX, era la ciudad cosmopolita de América Latina.

LA MAGIA DE CUCUTA EN EL SIGLO XIX - Capìtulo 2

CAPITULO 2 EL TERREMOTO DE CUCUTA



CUANDO LA TRAGEDIA SE CONVIERTE EN OPORTUNIDAD

Una tragedia se convierte en oportunidad solo cuando las personas tienen “la Magia”, el carácter para convertir la adversidad en oro y Cúcuta era una ciudad de alquimistas, de la oportunidad y del desarrollo.

El terremoto devastó a la ciudad de una manera incalculable, 7.3 en la escala de Richter en una población del siglo XIX en donde sus estructuras eran de adobe y caña brava, tapia pisada y barro con estiércol en sus muros, definitivamente era la crónica de una muerte anunciada.

LAS PLACAS TECTONICAS EN LA CUENCA MARABINA Y LOS TERREMOTOS


Hagamos un repaso de porqué Cúcuta está en una zona altamente sísmica. Cúcuta se encuentra ubicada en todo el punto focal de la Falla de Boconó, que une dos de las más activas palcas tectónicas del planeta, la Placa del Caribe y la Placa del Sur.



La placa del Caribe, La Placa de Nasca y la placa del sur son capas superficiales rígidas de la tierra que se desplazan sobre la astenosfera acomodándose entre sí, acumulando tal cantidad de energía que se quiebran, produciendo terremotos; ese quiebre, que es el surco que las divide, tiene un alto movimiento sísmico y el territorio que la cubre esta potencialmente expuesto a terremotos.



En nuestro caso, mientras que la placa de Nasca presiona a la Placa del Caribe y Sur, la placa del Caribe que se desplaza en sentido occidente – oriente, se enfrenta con la placa del Sur que va en sentido contrario y de sur a norte, lo que genera una presión enorme en todo el surco que las divide y que pasa exactamente por todo el borde inferior de la cordillera oriental que desde Colombia entra a Venezuela, conocido como LA FALLA DE BOCONO, que tiene sus mayores focos de presión en Cúcuta (más exactamente al final de la recta Corozal a la altura de Peñas Blancas) y se extiende por Cúcuta, Rubio, Mérida, Barquisimeto, hasta la costa oriental de Venezuela. 




Si un Cucuteño viaja desde su ciudad a Chinácota, Pamplona o al interior del país, pasara por la Recta Corozal y a margen derecha, por toda la vía hacia Peñas Blancas, podrá observar como la litosfera se alza en enormes planchones de roca sólida, siendo uno de los pocos sitios a cielo abierto donde se puede apreciar la superposición de placas tectónicas del Surco o Falla de Boconó.


CUCUTA Y EL TERREMOTO


Era una ciudad construida con los diseños ingenieriles de la época, que no tenían en cuenta el tema sísmico, en donde sus construcciones mantenían la forma tradicional de la construcción de la zona, rica en arcilla a cielo abierto, las varas de caña brava proliferantes en el río Pamplonita y el adobe, que consistía en una masa de barro y arena que algunas veces se mezclaba con paja y estiércol de ganado de la que hacían piezas en forma de ladrillo secados al Sol para construir sus viviendas.



Las casas de los comerciantes e inmigrantes eran de tapia pisada y algunas de ellas de dos plantas con balcones hacia la calle, algo extraordinario para la época.


La población para la época era de unas 21 mil personas, una gran ciudad, polo de desarrollo económico de los pueblos de Norte de Santander y del Táchira, distribuida en 11 calles que tenían su nombre propio como la calle del Amor, de la Novia, la Libertad, entre muchas otras.




A las 11:30 de la mañana del 18 de Mayo de 1875 tembló la tierra como nunca había pasado y en menos de un minuto, 6 colegios, más de 170 establecimiento de comercio, más de 70 fábricas y las casas de ricos y pobres de esta ciudad, cayeron dejando una gran estela de humo y polvo  y una desolación terrible junto con la muerte de cientos de personas en la ciudad y de miles a lo largo de Norte de Santander y el Tachira.


La imagen del reloj de la catedral marca las 11:30 de la mañana junto a los escombros, de todas las edificaciones del centro de la ciudad, incluida la plaza de mercado que estaba siendo terminada por el joven Arquitecto merideño Francisco de Paula Andrade.


SE INICIA LA MAGIA DE CUCUTA

No había parado el temblor cuando ya la solidaridad iniciaba a brotar del interior de los cucuteños; los sobrevivientes llegaban a los escombros a desenterrar vivos y muertos, a buscar amigos y familiares, a salvar lo que se podía, es grato leer a Luis Febres Cordero, historiador cucuteño que relata hazañas de nuestra historia y que dan buena fe de la magia del cucuteño.

Quiero rescatar una anécdota del terremoto de Cúcuta contada por Don Gastón Bermúdez Vargas sobre la Historia heroica de Rafael Salas Burgos, un joven cucuteño trabajador que antepuso su vida por la familia de sus patrones: “Para referir uno de estos actos fue el de Rafael Salas joven dependiente del señor Don José María Catalán, quedó sepultado en las ruinas de la botica en que servía, expuesto al incendio que había comenzado en diversos punto de las ruinas; y cuando fue localizado por su padre y hermanos que fueron a sacarlos de aquella horrible situación les dijo: "Saquen primero a la familia del señor Catalán".

Los Días subsiguientes, la magia cucuteña se apoderó de los sobrevivientes del terremoto, que no escatimaron en unir fuerzas, crear cuadrillas de apoyo y desde el mismo 18 de Mayo, iniciar la reconstrucción de la ciudad que dadas las circunstancias, renacería en tiempo record.

Con el Hospital San Juan de Dios Destruido, se improvisaron carpas para atender a los heridos y se crearon comisiones para enterrar a los muertos, remover escombros, recuperar tomas de agua, recopilar alimentos y todas las tareas necesarias para volver a levantarse y seguir adelante.

Las noticias de nuestro terremoto llegaron a todos los confines del mundo, el siguiente es un recorte de periódico del diario Southland Times de Nueva Zelanda que en 1875, que publicó la noticia del sismo:



Así mismo la Reina Victoria de Inglaterra, una vez conoció del sismo, se conmovió al conocer que un colegio de niñas cayó sobre ellas sin dejar sobrevivientes y enterada de la destrucción del Hospital San Juan de Dios, donó 1000 libras para la reconstrucción de este, que, una vez reconstruido, prestó sus servicios hasta finales del siglo XX, hasta que fue reemplazado por el Erasmo Meoz.

La Magia de la Reconstrucción.

El Ing. Francisco de Paula Andrade, Merideño de nacimiento pero cucuteño por adopción y periodista por pasión, gran líder cívico de nuestra ciudad y reconocido por nuestra historia como el que diseño los planos de Cúcuta después del terremoto, fue un hombre culto y profesional de la ingeniería civil, graduado en Mérida, previo sus estudios en la ciudad de Pamplona Norte de Santander, fue un destacado ciudadano al que se le deben muchas obras ingenieriles antes y después del terremoto.

Un mes después del terremoto, se reunió don Francisco de Paula Andrade con los comerciantes de la ciudad para iniciar la planeación de la reconstrucción, proponiendo un proyecto de distribución de planos para la organización de lo que sería el nuevo trazado de las calles de Cúcuta, un trazado perfecto, una cuadricula ordenada en condiciones similares a las usadas en los planos de la construcción de Manhattan en NY y que preveían calles amplias para que pasara el Ferrocarril, idea que se venía gestando desde hacía algunos años por los comerciantes cucuteños. En Enero de 1876 el Concejo de Cúcuta aprueba los planos que ya la ciudadanía venía desarrollando a la velocidad de una clase pujante que no tardó mucho en tener nuevamente construida nuestra ciudad para finales de 1877 ya se tenía gran parte del centro de la ciudad construía y para 1880 Cúcuta era una nueva ciudad cosmopolita, nuevamente epicentro de los desarrollos tecnológicos de la época y de la cultura del momento.

El Terremoto puso a prueba la capacidad de resiliencia de este pueblo, de su capacidad de levantarse después de caer, de la solidaridad, de la re ingeniería de su gente y de convertir una tragedia en oportunidad, de todo lo que representa la Magia de Cúcuta.

El terremoto abrió las montañas de la finca La Alquitrana en el municipio de Rubio y broto el petróleo de la tierra y trajo la era de la industrialización a la cuenca marabina, Cúcuta por primera vez dejaría de usar el aceite de ballena o el de Ricino para prender sus lámparas, pues llego el Kerosene por primera vez a américa gracias a la Empresa Petrolera creada en Rubio por al hallazgo de este hidrocarburo en la finca de los Pulido Pulido, llamada La Alquitrana y empezaría una nueva historia en la transición de la economía agrícola de la frontera colombo-venezolana, donde el Café y el Cacao eran los mayores productos de la economía regional, para convertir a nuestra región a principios del siglo XX en la primera región petrolera de América Latina con la creación de la primera empresa petrolera, LA PETROLEA, creada por don Manuel Antonio Pulido, José Antonio Baldó, Ramón María Maldonado, Carlos González Bona, José Gregorio Villafañe y Pedro Rafael Rincones.

Este no fue el primero, ni sería el último momento trágico, que formaría el temple cucuteño, que se seguiría probando a través de la historia de nuestra región y que dan fe de la magia del cucuteño.

CONTINUA EL CAPITULO 3 EN LA SIGUIENTE ENTRADA


LA MAGIA DE CUCUTA EN EL SIGLO XIX - Capìtulo 1

CUCUTA TIENE MAGIA, SU MAGIA ES SU GENTE.

Foto Cortesia del libro "Cúcuta a través de la Fotografia" de la Cámara de Comercio de Cúcuta


A propósito del proyecto la Magia de Cúcuta que lidera Josué Jaramillo y sus cortometrajes presentados en Diciembre del 2016 y 2017 que muestran que “LA MAGIA DE CUCUTA” somos nosotros, hemos decidido investigar y presentar en una crónica de 4 capítulos cortos de lo que forjó la magia del cucuteño.

El Capítulo número 1, será el contexto de lo que representó el poderío cucuteño y su región fronteriza en el siglo XIX para Colombia y Latinoamérica, mostraremos la condición geográfica tan especial que tiene esta zona de frontera de la Cuenca Marabina que, geográficamente a lo largo de su historia, se convirtió en potencial y malestar para los habitantes de esta rica y exuberante región.

Los siguientes capítulos relacionaran los diferentes momentos históricos que formaron nuestra magia, que crearon el carácter cucuteño, que nos convirtieron en  un pueblo alegre, resistente, y que con un poco de historia y arraigo a lo que fuimos, podamos volver a ser ese pueblo innovador y próspero de antaño.

Sin más preámbulos, el Capítulo 1 LA CUENCA MARABINA


LA CUENCA MAS RICA Y PROSPERA DE AMERICA


En esta cuenca, que se forma al final de la cordillera oriental colombiana, al lado izquierdo por territorio colombiano se alarga por la serranía de Perijá  a todo lo largo del lago de Maracaibo, hasta finalizar su cadena montañosa al norte en la guajira; por Venezuela, un brazo de esta cordillera oriental colombiana se extiende por debajo del Lago de Maracaibo, atravesando el centro del territorio Bolivariano, hasta llegar al Estado Lara en Barquisimeto.

Es un fenómeno Geográfico muy especial pues es la segunda fuente hídrica más grande de américa después del Amazonas, que cuenta con cerca del 20% de la fauna de aves en el mundo y que es el único generador de capa de ozono para la atmosfera, el Faro del Catatumbo, conocido mundialmente por sus tormentas eléctricas, casi los 365 días del año; solo en precipitaciones le gana la selva del Choco Colombiano.

De manera natural, todo lo que se encuentre dentro de la Cuenca Marabina, por gravedad, va a llegar al lago de Maracaibo.


Este fenómeno geográfico es muy importante para la región Marabina en los inicios de su desarrollo económico agrícola a mediados del siglo XVIII, ya que esta depresión geográfica hacia más fácil el transporte de los frutos de la agroindustria a lomo de mula, hacia la salida natural de la zona, que era el lago de Maracaibo, no solo ayudado por las cuestas abajo hacia el Sur del Lago, sino por la navegabilidad de nuestros ríos que permitían llevar desde la ciudad hasta el mar el producido regional. En este circuito geográfico se encontraba todo norte de Santander por Colombia y por Venezuela, el Estado Táchira y el Estado Mérida y quien recibía era el Estado Zulia y de allí al mundo.

TRANSPORTE Y VIAJES HACIA OTROS SITIOS

PARA LOS CUCUTEÑOS Y TODOS LOS HABITANTES DE LA CUENCA, ERA MAS RÁPIDO, FÁCIL Y CÓMODO, VIAJAR A NEW YORK O EUROPA QUE VIAJAR A CARACAS O A BOGOTA.

La estructura geográfica de la zona Marabina proponía unas barreras físicas enormes hacia afuera de la cuenca, que hacen difícil su acceso desde todo el territorio de Colombia y gran parte del territorio venezolano; por Colombia hay que franquear la parte más ancha de la cordillera más ancha de los andes colombianos, solo para llegar a la ciudad más cercana, Bucaramanga;  por Venezuela la cordillera de los andes separa el occidente de Venezuela con los llanos venezolanos y Caracas junto a todo el oriente bolivariano. Nuestra Cuenca Marabina era Muy rica, poderosa, productiva y prolífica en recursos naturales y minerales, pero desde la conquista, se encontraba aislada geográficamente de todo el territorio Colombiano y venezolano, de sus instituciones y de sus gobernantes. Esta zona era tan poderosa e independiente, que en varias ocasiones de nuestra historia hemos representado peligros políticos y económicos para los poderes centrales de nuestros países al punto del constreñimiento de nuestra economía, división y olvido. No en vano La Cuenca Marabina ha sido la mayor potencia agroindustrial del siglo XIX y la mayor potencia petrolera del siglo XX.


LA CUENCA MARABINA EN LA CONQUISTA ESPAÑOLA 


Cuando la Real Audiencia encomendó a don Pedro de Ursúa la fundación de Pamplona, lo tenía muy claro, había que poblar esa zona estratégica con salida al mar a la “Laguna de Maracaibo” y poder aprovechar toda la riqueza Agro-minera de la zona, pero para eso, Pamplona no sería suficiente, por lo que se decidió la colonización de la zona, creando un corredor con varias poblaciones ubicadas en sitios estratégicos que bordeaban la Cuenca, cosa que pasó en un lapso de 50 años comprendidos entre 1550 y 1600. Se inició en las montañas altas de los andes Orientales  con la Fundación de Pamplona y desde esta, con las de Mérida, San Cristóbal y la Grita hacia el oriente y con Salazar hacia el occidente. Desde allí iniciarían la conquista de los territorios indígenas ríos debajo de la cuenca, hasta llegar al lago de Maracaibo. La historia habla de pacificar indios, pero es ya sabido que los indios comprendían un verdadero problema en la seguridad de los conquistadores por lo que había que combatirlos, minimizarlos, tratar de “convertirlos” o exterminarlos, como ejemplo claro la Nación Motilona, para la que hubo que fundan el fuerte de San Faustino de los Ríos para controlar los ataques de los motilones y garantizar la seguridad del valle de Cúcuta y Villa del Rosario para el libre transporte de mercancías por los ríos abajo hasta el Lago de Maracaibo, sobre todo por el Cacao de la zona, que era el producto agrícola más apreciado por la Flota de indias en los siglos XVI y XVII para ser exportado a Sevilla en España.

Pero, Por que llego la Flota de Indias al Lago de Maracaibo?

Primero por la producción agrícola y minera de la cuenca que inicio por abastecer a Cartagena de Indias, pues LA FLOTA DE INDIAS, recolectaba en Cartagena todo lo que habría de llevarse a Santo Domingo y de allí a Sevilla o Cádiz en esas épocas; además porque se empezó a producir el mejor Cacao del mundo en el valle de Cúcuta y san Faustino de los Ríos y era necesario el acopio y transporte de estas mercancías y la Ruta a mula desde el valle de cucuta – Pamplona – Salazar – Ocaña – la Costa, era muy costoso y demorado (40 días), por lo que se creó primero la ruta lacustre Pamplona – Maracaibo – Cartagena (12 días). 


El Capitán Gonzalo de Piña Luduena en su navegación y descripción del Lago de Maracaibo propuso esta ruta al Consejo de indias, y llego a ser tan importante antes del año 1600, que Don Nicolás de Palencia Pidió a España que la Flota de Indias entrara a la Cuenca Marabina con algunos de sus barcos para abastecer desde España estas tierras y, por supuesto, para llevar a España los cargamentos de Cacao, harinas, minerales y otros productos tan importantes para la corona española, lo que convirtió al territorio lacustre en una de las principales potencias agrícolas de américa y convirtió a sus ciudades en principales focos de desarrollo y modernidad del Siglo XVII.

El Libertador SIMÓN BOLÍVAR, en su carta de Araure de 1821 plantea a las “antiguas y vecinas provincias de Pamplona y Mérida-Maracaibo como integrantes ideales y sólidos de un nuevo departamento de Colombia que liquidaría los conflictos que de otra manera existirían en el futuro entre Cundinamarqueses y Venezolanos” Fragmento del libro de Ramón J. Velazquez para el libro de  Jaime Pérez López de Colombia y Venezuela pagina 16.

El Geografo Agustin Codazzi declara a la cuenca Marabina después de sus visitas y estudios en 1842 como una “Unidad de seguro porvenir”.

Poder viajar desde Cúcuta a Bogotá o a Caracas era una ODISEA.
Solo para llegar a Bucaramanga (la ciudad más cercana a Cúcuta), se hacía necesario pasar la parte más ancha de la Cordillera Oriental, la cordillera más grande de Colombia, atravesar los páramos a más de 3.000 metro sobre el nivel del mar, solo esa travesía que implicaba cambio de mulas, hospedajes en algunos sitios del recorrido (si los había), podía durar ente 5 y 7 días dependiendo de las condiciones climáticas y estado de las trochas o partes de caminos reales. Llegar a Bogotá era caso de 30 muy incomodos días aproximadamente, sin contar con los bandidos que esperaban furtivos en el camino, al asecho de los viajeros.


Para los cucuteños y todos los habitantes de la cuenca, era más fácil, rápido y cómodo viajar a New York o Europa que viajar a Caracas o Bogotá, ya que desde Cúcuta se podía tomar una barcaza desde el Rio Pamplonita y navegando rio abajo hasta Encontrados y de allí, por el río Catatumbo, hasta el Lago de Maracaibo, al puerto de embarque era cuestión de 3 días, con la comodidad y apacibilidad del Rio o a finales del Siglo XIX (1888) en la lujosa comodidad del Tren a solo 2 días y desde Maracaibo a New York solo 10 días en barco o 20 días a la Península Ibérica en barcos a vapor que cruzaban el atlántico.

No es de extrañarse que el contacto de los habitantes de nuestra cuenca, sobre todo los cucuteños del siglo XIX, con las culturas de Europa y Estados Unidos de América fuese más común que nuestro contacto con las capitales de Colombia y Venezuela y así mismo las migraciones de europeos que veían en Cúcuta la ciudad eje del desarrollo agroindustrial para los productos de exportación como el café y cacao al mundo, lo que hizo de Cúcuta a finales del Siglo XIX e inicios del siglo XX, una ciudad cosmopolita, intercultural y pionera en recibir los desarrollos industriales y tecnológicos que llegaban a Suramérica de EEUU y Europa.

LA INFLUENCIA EUROPEA EN CUCUTA

DESDE 1860 se incrementaron las migraciones de alemanes, italianos, franceses que se asentaban en nuestra Cúcuta a crear empresas comercializadoras y exportadoras de los granos del Café y del Cacao, muy apetecidos en Europa, trayendo consigo su cultura, costumbre, gustos e idiomas, abriéndose tiendas de telas importadas de paños europeos, linos especias de la india, licores refinados como vinos, coñac y whisky de la mejor calidad, quesos maduros, jamones embutidos recetas culinarias, fiestas, Relojes, bailes y músicos europeos, vestidos, trajes de las mejores casas europeas, vajillas y cubiertos, arte, y los últimos avances del nuevo mundo.

Casa Comercial del Aleman W. Steinworth a finales del Siglo XIX
Foto Cortesía de libro "Cúcuta a través de la fotografía" de la CC de Cúcuta.


 No es un secreto que en Cúcuta se tuvo el primer Telégrafo, el primer teléfono, la primera planta  hidroeléctrica instalada en el rio Pamplonita, la primera máquina textil, el primer fonógrafo, las primeras fotografías se tomaron en Cúcuta, se prendieron las primeras lámparas a Kerosene en toda américa, y la lista es larga en ser pioneros en la tecnología de la época.

Recordemos la primera planta eléctrica llamada “Compañía del Alumbrado Eléctrico de Cúcuta, inaugurada en 1896, primera planta eléctrica en Colombia, de propiedad de don Augusto Duplat.

NUESTRA ECONOMIA

El Cacao

A finales desde el Siglo XVII la principal fuente económica de nuestra región era el Cacao que se cultivaba en los valles  del rio Pamplonita y veredas de Cúcuta en los territorios indígenas de San Faustino de los Ríos, cacao que se sacaba y se comercializaba desde épocas de la colonia a Europa, incrementándose a finales del siglo XVIII, llegando hasta Londres en el Reino Unido.
Otros Productos.

La panela, el Azúcar Blanca, la Quina, el Tabaco, Sombreros de Jipijapa, artículos de fique entre muchos otros eran los productos que más se exportaban a mediados del Siglo XIX y que hacían de nuestra región y de Cúcuta la más exportadora del país.
Burguesía en ascenso de gustos refinados y una economía capitalista, que disfruta los gustos europeos, se daba la tarea de importar usando las casas comercializadoras alemanas  que exportaban y traían todo del mundo, incluidas las nuevas ideas políticas, hacían de Cúcuta la ciudad Liberal de Latinoamérica.

El Café.

Don Gervasio Rubio, tenía una finca en los Andes venezolanos cerca de Cúcuta y en 1794 sembró una semilla en su finca, planta desconocida de la que salió un fruto que se convertiría en el producto de mayor exportación de la historia de Colombia en el siglo XIX y XX, el Café. La finca donde se sembró la primera semilla de café se llamaba  LA YEGUERA, desde allí, a principios del siglo XIX salieron las primeras matas de cafeto a territorio colombiano.

En 1834 llega a Salazar de las Palmas a desempeñar su curato, el joven presbítero Francisco Romero, quien a lo largo de su estadía en esta población adquirió un apasionado gusto por una bebida hecha de un fruto extraño y poco conocido, el Café, y que le daba tal energía, que decidió poner como penitencia a los fieles salasareños, sembrar matas de café como “expiación” a sus pecados y desde allí se inicia la revolución del Café en la Cuenca Marabina, en los Andes Colombo Venezolanos y desde 1850 se convierte en el principal producto de exportación a EEUU, Alemania y el resto del mundo.

No se sabe si en 1855, la Diputación Provincial de Mérida le otorga el nombre de RUBIO a la ciudad en donde nace el Café en américa, por la RUBEÁCEA (nombre del café) o por el apellido de Don Gervasio, pero lo que si es cierto es que lo hizo porque allí nació la mayor fuente económica agroindustrial de Colombia y Venezuela a lo largo del siglo XIX y parte del siglo XX.


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